lunes, agosto 11, 2008

EL HOMBRE, ESTE INFINITO






CUANDO SALÍ DEL SUBTERRÁNEO,
JUVISY, EL PUEBLO DE MI INFANCIA,
HABÍA DESAPARECIDO.
UNA ESPESA NIEBLA AMARILLA

CUBRÍA UN OCÉANO DE CASCOTES,
DE DONDE BROTABAN LLAMADAS
Y GEMIDOS. EL MUNDO DE MIS JUEGOS,
DE MIS AMISTADES,DE MIS AMORES,
Y LA MAYORÍA DE LOS TESTIGOS

DEL COMIENZO DE MIS DÍAS
YACÍAN EN ESTE VASTO CAMPO
LUNAR. UN POCO MÁS TARDE,
CUANDO SE ORGANIZÓ EL SOCORRO,
ALGUNOS PÁJAROS, ENGAÑADOS
POR LOS PROYECTORES, SE PUSIERON

A CANTAR CREYENDO QUE HABÍA
LLEGADO EL DÍA...


L.PAUWELS / J.BERGIER