martes, diciembre 08, 2009

WATCHMEN



WATCHMEN

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RORSCHACH .- LA SANGRE ME SALPICÓ LA CARA.
LO POCO QUE QUEDABA DE WALTER KOVACS,
MURIÓ AQUELLA NOCHE CON ESA NIÑA.
A PARTIR DE ENTONCES SÓLO QUEDÓ RORCHACH.
VERÁ DOCTOR; DIOS NO MATÓ A ESA NIÑA,

LA CASUALIDAD NO LA DESCUARTIZÓ Y
EL DESTINO NO SE LA DIO DE COMER A ESOS
PERROS. SI DIOS VIO LO QUE HICIMOS AQUELLA
NOCHE, NO PARECIÓ IMPORTARLE, DESDE
ENTONCES LO SUPE, DIOS NO HACE QUE
EL MUNDO SEA ASÍ, SOMOS NOSOTROS.
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