A DISCRECIÓN

A DISCRECIÓN


UN TAXI LES CONDUCIRÍA AL
EMBLEMÁTICO CAFÉ CON NOMBRE
DE CIUDAD AUNQUE UNO DE
ELLOS NO TARDÓ EN DARSE
CUENTA DE QUE YA NO
ERA EL LUGAR DE ANTAÑO.
AL RATO Y EMPUJADOS POR EL
BULLICIO DEL LOCAL SE FUERON
A OTRO SITIO EN BUSCA DE UN
AMBIENTE MÁS ACOGEDOR, DONDE
AL MENOS SE PUDIERA ESCUCHAR
ALGO DE MÚSICA. ENCONTRARON
CERCA UN ESPACIO DIÁFANO,
CON UNA LUZ AZULADA Y
UN SONIDO A PRIORI INTERESANTE
QUE DESPUÉS DE UN RATO ERA
OBSESIVAMENTE MONÓTONO Y
ABURRIDO.
DE NUEVO EN LA CALLE.
CON LA NOVEDAD DE
ENCONTRASE BAJO UNA FINA
LLUVIA DE ESAS QUE TE EMPAPAN
SIN DARTE CUENTA. PASEANDO POR
CALLEJUELAS SE VEN ESCALERAS ABAJO,
ENTRE UN GRAN GENTÍO. IGUAL QUE SE
BAJA SE SUBE. VUELTA A LA LLUVIA
Y VUELTA A OTRO BAR Y EN ESTE
LA MÚSICA OCHENTERA NO DEJABA
QUIETO A NADIE.
DESPUÉS DE TANTO BAILE ERA
PRECISO ALGO QUE NO ES
FRECUENTE ENCONTRAR,
FUÉ TODA UNA SORPRESA,
ERA BOSSA NOVA Y NO SÓLO
DE LA ORIGINAL, TAMBIÉN EN
VERSIONES DE TEMAS ACTUALES.
TODA UNA DELICIA PARA LOS
SENTIDOS. AQUEL SONIDO,
VELAS, INCIENSOS Y VER EL MAR
ATRAVÉS DE LOS VENTANALES.
TODO UN LUJO.
COMO NO PODÍA SER DE
OTRA MANERA, SE REMATA
LA NOCHE CON LA ÚLTIMA
COPA EN EL ANTRO QUE TANTO
GUSTA Y DONDE SIEMPRE
HAY BESOS A DISCRECIÓN
EN LA MEJOR COMPAÑÍA.


R.W.