lunes, septiembre 11, 2006


Seathed Bather,1883.
Seurat.


Treinta y seis

Vivo solo.
No siempre ha sido así.
En ocasiones es hermoso
abrir un poco el corazón y dejar
que penetre en él alguna herida.
Es testimonio de que uno sigue vivo.

No estoy seguro de lo que significa.
¿Por qué no podemos desterrar de
nuestro pensamiento viejos amores?
Será que los edificamos a golpe de
recuerdo para estimarlos en
más de lo que fueron.
¿Es ese proceder un invento
feliz para cerrar la muralla?

Recuerdo.
La única circunstancia imprecisa
es a veces el dónde y el cómo.
Conozco el porqué.

Sucede así puesto que necesitamos
desear y también ser deseados
cuando el amor está aquí o
perdido yacer en la oscuridad
y escuchar la ternura.

Rod McKuen.

Etiquetas: