lunes, julio 03, 2006


El principio del placer,1937.
René Magritte.


Nubes tan espesas en lo alto de mi cabeza
me acompañan.
Rayos limpios, claros, largos de un sol
que no veo aunque sé que está ahí.
Y estar despistado es un poquito raro
pero humano, ya lo sé.
Pero ya ves yo no soy paciente.
Tú ya lo ves que hay una serpiente que
se enreda en mi alma, que me aprieta
fuerte muerde con los dientes.


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